jueves, 23 de diciembre de 2010

Il Divo - O Holy Night


"O holy night! The stars are brightly shining,
It is the night of our dear Saviour's birth.
Long lay the world in sin and error pining,
'Til He appear'd and the soul felt its worth.

A thrill of hope the weary world rejoices,
For yonder breaks a new and glorious morn.

Fall on your knees! O hear the angels' voices!
O night divine, O night when Christ was born;
O night divine, O night, O night Divine.

Sweet hymns of joy in grateful chorus raise we,
Let all within us praise His holy name.

Christ is the Lord, let ever ever praise we
Noel, Noel
O night, o night divine
O night divine, o night, o holy night!"
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Ahora que vivo más de un año en los Estados Unidos, conversaba con unos amigos colombianos sobre cuán diferente es el sentimiento de la Navidad en Norteamérica y Sudamérica. Ciertamente, desde niño para mí la Navidad ha sido y seguirá siendo Jesús, familia y compartir. Aquí en E.U., la Navidad es Santa Claus, nieve y fiesta. Por eso, para la entrada de este humilde blog (la primera desde hace muchos meses), escogí el que para mí es la canción navideña más impresionante y bella de la tradición anglosajona, y además de las poquísimas que mencionan el motivo nuclear de la Navidad, el nacimiento de Dios Niño.

En el año 1847, Adolphe Adam, reconocido compositor francés de óperas y ballets, decidió componer una canción de Navidad. Adam se abocó a musicalizar el texto del poeta Placide Cappeau, llamado "Minuit, Chrétiens" (Medianoche, Cristianos) y finalmente le puso a su obra el título de "Cantique de Noël" (Cántico de Navidad). En 1855, John Sullivan Knight tradujo libremente la versión en francés al inglés y le puso por título "O Holy Night", creando una de las canciones navideñas más famosas de la historia.

En esta Navidad, quiero enviar mis mejores deseos a todas las personas que alguna vez conocí, por mucho o poco tiempo, aquéllas con las que hablo con frecuencia y a aquéllas a las que no veo más de 10 años, a todas las personas que de alguna u otra manera cruzaron mi camino y me hicieron la vida algo más interesante. Que estas Fiestas sean un motivo más para compartir, recibir, pero sobre todo, para dar. Y que no sean solamente Santa Claus, el Reno Rodolfo y el árbol con regalos; que sea como siempre fue recordar que hace más de 2000 años Dios vino al mundo en persona a darnos la buena noticia. ¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!