It is the night of our dear Saviour's birth.
Long lay the world in sin and error pining,
'Til He appear'd and the soul felt its worth.
A thrill of hope the weary world rejoices,
For yonder breaks a new and glorious morn.
Fall on your knees! O hear the angels' voices!
O night divine, O night when Christ was born;
O night divine, O night, O night Divine.
Sweet hymns of joy in grateful chorus raise we,
Let all within us praise His holy name.
Christ is the Lord, let ever ever praise we
Noel, Noel
O night, o night divine
O night divine, o night, o holy night!"
-Ahora que vivo más de un año en los Estados Unidos, conversaba con unos amigos colombianos sobre cuán diferente es el sentimiento de la Navidad en Norteamérica y Sudamérica. Ciertamente, desde niño para mí la Navidad ha sido y seguirá siendo Jesús, familia y compartir. Aquí en E.U., la Navidad es Santa Claus, nieve y fiesta. Por eso, para la entrada de este humilde blog (la primera desde hace muchos meses), escogí el que para mí es la canción navideña más impresionante y bella de la tradición anglosajona, y además de las poquísimas que mencionan el motivo nuclear de la Navidad, el nacimiento de Dios Niño.
En el año 1847, Adolphe Adam, reconocido compositor francés de óperas y ballets, decidió componer una canción de Navidad. Adam se abocó a musicalizar el texto del poeta Placide Cappeau, llamado "Minuit, Chrétiens" (Medianoche, Cristianos) y finalmente le puso a su obra el título de "Cantique de Noël" (Cántico de Navidad). En 1855, John Sullivan Knight tradujo libremente la versión en francés al inglés y le puso por título "O Holy Night", creando una de las canciones navideñas más famosas de la historia.
En esta Navidad, quiero enviar mis mejores deseos a todas las personas que alguna vez conocí, por mucho o poco tiempo, aquéllas con las que hablo con frecuencia y a aquéllas a las que no veo más de 10 años, a todas las personas que de alguna u otra manera cruzaron mi camino y me hicieron la vida algo más interesante. Que estas Fiestas sean un motivo más para compartir, recibir, pero sobre todo, para dar. Y que no sean solamente Santa Claus, el Reno Rodolfo y el árbol con regalos; que sea como siempre fue recordar que hace más de 2000 años Dios vino al mundo en persona a darnos la buena noticia. ¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!