"I sat there waiting and waiting
The sunlight filled the window sill I sat upon
He could feel my eyes following him
As he fluttered
Helplessly
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How could she fear something so beautiful?
I will take you in the palm of my hands
I will bring you into her world for her to see
There is nothing to fear for
You’re afraid of me
There is nothing to fear for
You’re afraid of me
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She sat there, smiling as I approached her
My revelation for her to see
Her greatest fear was beautiful
And he wouldn’t dream of hurting even me
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How could she fear something so beautiful?
I will take you in the palm of my hands
I will bring you into her world for her to see
There is nothing to fear for
You’re afraid of me
There is nothing to fear for
You’re afraid of me."
I will take you in the palm of my hands
I will bring you into her world for her to see
There is nothing to fear for
You’re afraid of me
There is nothing to fear for
You’re afraid of me."
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Muchas veces en la vida mientras voy caminando, súbitamente encuentro -como un bofetón en plena cara- pistas de verdades que están delante mío pero que me cuesta descifrar, atontado por la cotidianeidad y la rutina. Hoy de pronto encontré una frase que revela muy claramente mi manera de relacionarme más íntimamente con la música. "Mi mundo es un poquito obscuro... un poquito descentrado. Pienso que es trágicamente bello. Así es como describiría lo que más amo: trágicamente bello."
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Estas palabras pertenecen a ANGELO BADALAMENTI, un músico y compositor norteameri-cano conocido por sus trabajos en películas de cine y televisión. Nacido en el seno de una familia de inmigrantes italianos en la cosmopolita ciudad de New York, Badalamenti creció entre música clásica y óperas que moldearon quien sería en la vida. Ingresó a las Eastman and Manhattan Schools of Music, donde obtuvo una Maestría en Música.
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Desde sus inicios destacó por sus composiciones de música incidental para películas en Hollywood, pero su gran éxito comenzó cuando comenzó a trabajar en 1986 con el director David Lynch en su clásico film "Blue Velvet" (Terciopelo Azul), el cual recibió críticas favorables y la atención del público no sólo el film en sí, sino también por su impecable banda sonora.
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Desde entonces ha trabajado en inmumerables proyectos cinematográficos, principalmente con David Lynch quien lo ha incluido como compositor principal en casi todas sus películas. Por otra parte, Badalamenti ha colaborado en varias ocasiones con diversos artistas como los Pet Shop Boys, Tim Booth (del grupo James) o Marianne Faithfull. En el año 2004 fue convocado para elaborar la banda sonora de la película italiana "Evilenko", un thriller basado en la historia del asesino en serie Andrei Chikatilo; Badalamenti contactó entonces con Dolores O'Riordan (vocalista del grupo irlandés The Cranberries), quien aceptó trabajar con él. El fruto de esta primera colaboración se vio plasmado en dos canciones incluidas en la banda sonora: "Angels Go to Heaven" y "The Woodstrip/There's No Way Out."
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En el 2006, Badalamenti y O'Riordan volvieron a juntarse para sesionar en lo que podría convertirse en un posible álbum conjunto y como parte de esta segunda colaboración -que no llegó a concretar una publicación en álbum- nació quizá una de las más bellas melodías en las que ha participado Dolores O'Riordan como intérprete.
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Despues de mucho tiempo, de nuevo en el camino. Disfruta de esta belleza musical, pues asi como existen los viajes para apreciar paisajes, tambien se puede disfrutar de viajes para los oidos, que eso es fundamentalmente la musica. Hasta pronto.
